Revisión de los conceptos de Interpretación e Intervención en el transcurso del proceso psicoanalítico

Dr. Carlos Eleazar Garzón (*)
Miembro egresado de la Asociación Psicoanalítica de Córdoba. Argentina.
38* CONGRESO INTERNACIONAL DE PSICOANALISIS
Amsterdam (Holanda)

INTRODUCCIÓN

La idea central de esta comunicación se basa en la experiencia clínica, del proceso psicoanalítico.

Entiendo por tal al trabajo llevado a cabo entre el analizante y el analista. En esta particular experiencia en la cual se movilizan pulsiones devenidas, síntomas, sueños, lapsus, etc, nos permite como analistas elucubrar hipótesis a posteriori, las cuales podrán ser corroboradas en el decurso del proceso.

Qué entiendo por «trabajo llevado a cabo entre el analista y el analizado»?

Tomo el significado de trabajo como la «ardua tarea» (1) de elaboración psíquica, que tanto el analista como el analizado desarrollan en la experiencia del análisis.

Esta tarea tiene particularidades que atraviesan el psiquismo desde, podríamos decir, el inconsciente reprimido a las manifestaciones o efectos perceptuales de los procesos oníricos, o del discurso del analizado como también de las intervenciones del analista.

Sobre esta línea, Sandler (2) revisa algunos conceptos sobre interpretaciones e intervenciones.

Rycroft (1958) ha descripto lo que podría ser desde su punto de vista el elemento central de la interpretación: «El analista invita al paciente a hablar, lo escucha y de tiempo en tiempo habla». Cuando habla no habla consigo mismo, ni de sí mismo, sino al paciente acerca del paciente, su propósito al hacerlo así es ampliar la conciencia de sí del paciente» …

(1) Freud, 1914.

(2) Sandler,J. Revisa prolijamente la opinión de otros autores contemporáneos tales como Bibring (1954) M. Gill (1954) Menninger (1958) Greenson (1962) Glover, etc.

«En otras palabras el analista busca ampliar el campo perceptual endopsíquico del paciente informándolo de aquellos detalles y relaciones, enmarcados en la configuración total de su actividad mental presente, que, por razones defensivas, le ha sido imposible percibir y comunicar por sí mismo».

Poniendo el foco en el proceso psicoanalítico, tal como pretendo, agregaría lo siguiente para que la interpretación, intervención haga escena, es menester focalizar otros aspectos tales como: reflexionar sobre nuestras intervenciones. Acaso no tienen raíces desiderativas en movimiento en este particular encuentro en el proceso analítico?

Desearía detenerme especialmente en lo que entiendo  como intervención del analista en general pues a partir de la acción o la ausencia de ésta; en el decurso del análisis es muy difícil establecer que el «efecto de perplejidad» se pueda a posteriori en el sentido teórico discriminar si fue una interpretación o una intervención no reflexiva, diría espontánea, la que produjo el efecto.

La discordancia en el sentido de la técnica de nuestro trabajo, a veces nos sorprende. Si por ejemplo formulamos una interpretación   en transferencia que creímos adecuada, teniendo en cuenta la resonancia en nuestro análisis y el compromiso  implicante, no obtenemos respuestas esclarecedoras para ambos analista-analizando.

Otras veces se nos ocurre espontáneamente decir algo no tan reflexivo o nos mantenemos en silencio frente a tal o cual insistencia y logramos en el trabajo un buen adelanto al alcanzar otro nivel de significación a través del proceso.

Esta observación a mi criterio, pone en entredicho «las reglas técnicas» o «las razones del método».

Este y otros aspectos tales como lo que entendemos por interpretaciones, intervenciones, construcciones a través de la perlaboración (*) fueron los temas que motivaron esta revisión.

Para estas propuestas tomaré algún ejemplo de trabajo y  conceptos teóricos que revisé de acuerdo con otros autores.

(*) Durcharbeitung Freudiana.

DESARROLLO

Referimos en la introducción que nos sentimos sorprendidos por los efectos en el analizado por nuestras intervenciones, ocurrencias.

Llamaremos a ello interpretaciones?

Podríamos considerar con Laplanche-Pontalis que «la interpretación se halla en el núcleo de la doctrina y de la técnica freudiana». «Deutung»  no corresponde exactamente a «interpretación», parecería intrigarnos aún mas, quizás esa inquietud profunda de la humanidad por develar: Cuál es el sentido? … ese, qué será? o tal vez esa pregunta por uno mismo que siempre flota en el navegar por las tempestades de todo proceso analítico. Me parece interesante señalar que esas fuerzas enigmáticas que apasiona a toda la humanidad, a que nos formulemos ese: «qué será?» ; ese saber, que, desde los textos bíblicos al «El Rey de los Alisos» de Michel Tornuier intento develarlo. Ese saber siempre imaginario, fantasmal e ilusorio del hombre, del hombre culto… Cultura versus vida, normatividad, leyes … convenciones del hombre que habla en un discurso «diestro» enfrentado a «otro» pulsional de discurso «siniestro». (1)

Para Freud esas preguntas apasionaron su espíritu intentando respuestas científicas a tales planteos tales como interpretar «Deutung» que sostiene su obra en búsqueda de la verdad. Desde «La interpretación de los sueños» (2) (Traumdeutung) hasta «Construcciones en análisis» (3) navega entre las costas teóricas y técnicas; guiando el concepto de «Elaboración»a través de las pulsiones de vida y muerte.

Mas estrictamente Freud (1896) intenta respuestas diría pre-analíticas en «Estudios sobre la Histeria» pero es en la «Interpretación de los procesos oníricos» (1900) que obtiene «fuerza científica» al interpretar «Lo Inconsciente».

Esta barrera ocasionó molestias y planteos que aún ocasionan problemas. Acaso aún casi a 100 años, no se nos aparece el fantasma diestro como analistas y analizados? Será necesario que desaparezca el hombre sexual del lenguaje siniestro? Destrucción (desexualización), para que un «nuevo acto» psíquico-cultural recupere la libido, es decir la vida.

(1) Michel Tornieur

(2) Freud, 1911.

(3) Freud, 1937.

Es necesario aclarar algunos puntos en este desarrollo. Cuando me refiero al recorrido de estos temas en la obra de Freud, insisto, lo hago fundamentalmente sobre la base de la represión, esto significa todos aquellos conceptos teóricos que «desde la represión sexual» (primordial y propiamente dicha) inauguran al sujeto.

A partir del «Final del Complejo de Edipo» (ocaso o demolición) y fundamentalmente como decía, a través de la segunda teoría pulsional la cualidad humana, pesimistamente, abre otros interrogantes y es precisamente la desexualización o pulsión de muerte la que hace que reflexione: «El malestar en la cultura» es causado por la represión sexual o en la actualidad no tenemos derecho a preocuparnos por la desexualización de nuestra desdicha?

Es por ello que se me ocurre, será necesario otro «nuevo acto psíquico»?

Tomo en el sentido metafísico lo que Michel Tournieur en su literatura relata como discurso «siniestro» a aquel que fluye interpectivamente de lo pasional del protagonista en oposición a su discurso represivo del orden de lo «diestro». Aquel que la cultura en su malestar nos exige, pero el sofocar «lo siniestro» no deja de ser vida pulsional que aunque redunde, es vida; si ampliamos aún mas nuestro punto focal, cuanto de lo sofocado se sepulta o se destruye, y enaltece el «virtuosismo».

Después de estos comentarios teóricos quisiera volver al tema central; no obstante tener en cuenta que la pretención de esta comunicación tiene alcance teórico y técnico de las intervenciones que formulamos como psicoanalistas.

Diría que nuestras intervenciones que pueden o no mudarse en interpretaciones «Deutung» o construcciones no serán desde esta óptica de la misma calidad en las diversas estructuras psicopatológicas. Frente a una perturbación narcisista nuestro instrumental se inclinará mas quizás al interjuego reconstructivo tendiendo a la libidinización de su historia reconvertida.

Tales como las patologías de las llamadas psicosomáticas, donde parecen preponderar las tendencias desexualizantes o defusionantes, o ciertas perturbaciones narcisistas melancólicas o depresivas. No serán nuestras accciones e instrumental terapéutico el mismo en aquellas personas con conflictos predominantemente pulsionales de las llamadas neurosis transferenciales.

Mas aún, diría que la interrelación de la teoría y técnica tiene implicancias éticas de suma importancia, no solo en lo «bueno», «malo» sino en lo operativo e instrumental o no.

Por supuesto esta perplejidad a la que me refiero puede ser por una interpretación formulada por el analista o de que el analizado la encuentre aparentemente solo.

Resulta interesante lo que plantea Octave Mannoni (*) en esta perspectiva al referir el conocimiento innato del Psicoanálisis que  poseía Cervantes, cuando en esa relación tan particular de Don Quijote y Sancho, éste le decía simplemente «Mire vuestra merced lo que dice, señor».

Uno puede preguntarse quién es el interpretador y quién es el interpretado.

En la misma línea, nuestro efecto de sorpresa en la práctica clínica nos lleva a preguntarnos en el sentido teórico sobre nuestra función como analistas.

Dice Avenburg en su trabajo sobre «Diálogo Analítico» conceptúa lo siguiente: «El diálogo psicoanalítico es el proceso a través del cual se desarrolla el tratamiento psicoanalítico, éste se despliega como diálogo y, en tanto tal, se hace intersubjetivo.»

Mas aún, prosigue Avenburg, la intersubjetividad se pone en acción en el mismo diálogo con el psicoanalista a la vez que se convierte en tema del diálogo; es un dialogar acerca

del diálogo, y este diálogo acerca del cual se habla es el despliegue de un diálogo intrasubjetivo que quedó detenido, congelado por obra de la censura intrapsíquica».

En la misma línea Freud refiere en el «Historial de una Neurosis Infantil» en lo referente a la observación de la escena primordial por el Hombre de los Lobos, cuando tenía un año y medio «opino que lo que comprendió en la época del sueño, a los cuatro años, no en la observación. Cuando tenía un año y medio recibió las impresiones cuya comprensión con efecto retardado (Nachtraglich) le fue posibilitada luego en la época del sueño por su desarrollo, su exitación sexual y su investigación sexual.»

Este precipitado teórico al cual arriba Freud, fue sobre la base de intervenciones, interpretaciones, de la historia de un sujeto, en el proceso llevado a cabo entre el joven ruso y el maestro vienés. Nos enseña «a posteriori» permitiéndonos pensar que las intervenciones de Freud, la pasión del Hombre de los Lobos, acosaron el develamiento de verdad. Podríamos hoy solo decir que fue una construcción o reconstrucción freudiana, las interpretaciones de su historia, las intervenciones? No confluyeron en esa azorada construcción?

(*) «El diván de Procusto»

En este sentido desearía agregar algunas consideraciones de índole teórica antes de profundizar el desarrollo que nos ocupa. En el descubrimiento freudiano del inconsciente además de desencadenar la tan mentada ruptura en el orden de los conocimientos científicos, produce diría, una verdadera subversión en el campo de las ciencias en general y en la metodología psicoanalítica en particular.

El descubrimiento de las sutiles relaciones entre analistas y analizados y la función que desempeñan el inconsciente de ambos en los problemas atinentes a la aprehensión del conocimiento, obliga a replantear todas las ideas metodológicas que en las ciencias permiten hablar de objetividad y de construcciones de conocimientos.

El método psicoanalítico agrega un particular factor intersubjetivo, que por sus singulares efectos nos obliga a reconsiderar como se obtiene y se justifica el conocimiento.

En esta línea me parece necesario destacar que: En tanto somos constituídos en la cultura » el inconsciente cuestiona la razón».

Pero qué razón?

Bien podríamos decir aquella perteneciente al orden de lo pre-analítico; aquella crítica de la pura razón del sentido casi convencional o material de la cosa consciente.

Por lo tanto el método psicoanalítico lo podemos considerar en relación al «compromiso intrasubjetivo» de ambos, analista y analizado, en la intersubjetividad del proceso.

En esta reflexión quería agregar otro concepto y es que en la relación analista-analizado interviene además como factor inseparable el problema del sentido de los actos y otras manifestaciones psíquicas.

Lo que sucede en el proceso no se da como mero hecho a la conciencia y al inconsciente del sujeto, sino que viene provisto de sentido, y es por ello que la labor psicoanalítica puede producir y justificar conocimiento; no basta sólo pretender detectar el efecto del inconnsciente sino que es necesario una labor de interpretación y de relación de sentido en el discurso del analizado y por qué no también de lo que el analista dice.

Desde este ángulo el analista en su propio campo metodológico en aras de la verdad se compromete me gustaría decirlo, en una hermenéutica con el analizado (a posteriori) a los fines de develar sentidos.

Agregaría aún mas otro concepto a la cuestión que hace específico este proceso de conocimiento y es que el trabajode develamiento de sentidos en esta relación es efecto y repercución en ambos y modifica produciendo cambios en el compromiso intersubjetivo.

Podríamos decir que en todo proceso psicoanalítico se intercambian ocurrencias, interpretaciones, en la intersubjetividad del «trabajo» de elaboración.

Quería destacar como decía la relatividad de tres precisiones en este tema. Si una ocurrencia, intervención del analista puede devenir por levantamiento de represiones de lo que estaba oculto y permitirnos una interpretación de hechos de la historia personal del sujeto nos vamos acercando a las llamadas construcciones o reconstrucciones en análisis.

Tal como decía, a ello se deberá agregar el trabajo de reelaboración para precisar mas lo que entiendo por proceso de análisis. Esta reelaboración, insisto, da cuño legal al análisis y tiene la particularidad de pervivir aún finalizado el mismo.

Para terminar querría destacar otros aspectos:

Resumen

El desarrollo del autor apunta a revisar los conceptos de Interpretación e Intervención del analista. Sostiene que las intervenciones e interpretaciones no pueden despejarse fácilmente y sólo a posteriori y a través de sus efectos, se pueden corroborar nuestras intervenciones.

Al mismo tiempo las reflexiones están centradas en el proceso psicoanalítico, es decir en trabajo de análisis que implica el compromiso del analista y del analizado’ en esa relación tan particular que involucra la intersubjetividad de ambos.

Considera que la interpretación desde la perspectiva freudiana en aras de la verdad atraviesa toda la obra; no sólo en el sentido de la técnica sino en el fundamento teórico del conocimiento psicoanalítico.

Señala la importancia ética del instrumental terapéutico que se desarrolla en el proceso del análisis.

Sustenta que en todo proceso una intervención puede devenir interpretación y favorecer la tarea de re-construcción o construcción en el proceso. Destaco que dichas postulaciones necesariamente deben transitar por otro concepto central como es el Trabajo de reelaboración.

Summary

The author’s development attempts to review the concepts of Interpretation and Intervention from the annalyst. He supports that interventions and interpretations cannot be easily cleared. Our interventions can only be corroborated later on and by means of its effects.

At the same time, reflections are centred in the psychoanalytic process; that is to say, in the analytic work which implies commitment and intersubjectivity of both: annalyst and analyzand in such particular relationship.

He considers that interpretation, from the Freudian point of view and for truth’s sake, goes through the whole Freudian work; not only in the technical sense but in the theoretical foundation of psychoanalytic knowledge.

He points the ethical importance of the  therapeutic instrumental that is developed in the analytic process.

He supports that in every process an intervention may  become interpretation and favor the task of re-construction or construction in this process.

He emphasizes that such postulations must necesarily go through another central concept: reelaboration work.


Bibliografía

1. Avenburg, R.  «El diálogo analítico» Ficha APdeBA. Bs. As. 1980

2 . Avenburg,R. y Guiter M.  «El concepto de verdad en Psicoanálisis». Ficha APA 1978.

3. Brock, Hans. «Diccionario enciclopédico alemán» Wiesbaden Enzyklopadie. 1974.

4. Freud, Sigmund (1900) «Psicología de los procesos oníricos». En la interpretación de los sueños. AE 4 y 5

5 . (1905) «Sobre Psicoterapia» AE 7

6. (1914) «Recuerdo, repetición y reelaboración» AE 12

7. (1914) «Introducción al Narcisismo» AE 14

8. (1914) «Trabajos Metapsicológicos». «La represión» AE 14

9. (1914) «Trabajos Metapsicológicos». «Lo inconsciente» AE 14

10. (1920) «Mas allá del principio del placer» AE 18

11. (1920) «El sepultamiento del complejo de Edipo» AE 20

12. (1937a) «Construcciones en Psicoanálisis» AE 21

13. (1937) «Análisis terminable e interminable» AE 23

14. Garzón Carlos E. «Revisión del concepto de renegación (verleugnung) y su aplicación en las perturbaciones narcisistas Rev. de Psicoanálisis XLIII, 3, 1986.

15. «Reflexiones sobre el método psicoanalítico. Investigación y Psicoanálisis» XVII Precongreso  OCAL. Río de Janeiro. 1990

16. «Cambio psíquico en el proceso psicoanalítico a la luz de la (Durcharbeiten) freudiana» Precongreso IPSO. BA. 1991

17. Laplanche y Pontalis «Diccionario de Psicoanálisis» ed. Labor. Barcelona. 68

18. Sandler, J. y otros «El paciente y el analista» Ed.Paidós. Mexico. 1986

19. Slaby,R. y Grossmann «Woer terbuch Der Spanischen U. Deutschen Sparache. 1932 (Tauchnitz-Leipzig)

20. Tournieur Michel «El rey de los alisos» 1991

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